La visión expansiva del poder ejecutivo con que Donald Trump ha vuelto a la presidencia de Estados Unidos lleva ocho semanas poniendo a prueba la democracia estadounidense y muchas de sus acciones han sido retadas con más de 100 demandas en los tribunales. La gran pregunta es si el republicano va a dejar de acatar las órdenes judiciales en su contra, lo que hundiría al país en una crisis constitucional. Y el interrogante y la tensión con la Justicia se han disparado desde este fin de semana, cuando Trump invocó la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 (usada antes solo tres veces en la historia y siempre en tiempo de guerra) para acometer deportaciones de inmigrantes y los envió a El Salvador pese a una orden judicial bloqueando temporalmente esas expulsiones.
Trump tensa su enfrentamiento con la Justicia con las deportaciones de inmigrantes
